Desde
su natalicio, Octavio Paz ya contaba genéticamente con varios talentos, como la
clarividencia de la visión del mundo, que rompía con los paradigmas de la
convencionalidad y el imperio de la costumbre, de repente su infancia se
encuentra con una gran biblioteca familiar fundada y heredada por su abuelo, de
hondas raíces liberales Irineo Paz y en ella se nutre de un gran acervo
histórico y poco a poco descubre su vocación poética, sin olvidar las
corrientes Zapatistas que representaba su padre: Octavio Paz Solórzano.
Luego
en la Adolescencia y parte de su Juventud fue un brillante alumno de la Escuela
Nacional Preparatoria de San Ildefonso, su maestro y director, el Doctor Pedro
de Alba, que se distinguía del conjunto de la planta docente de la ENP, fue uno
de sus primeros mentores y el primero en
aseverar que Paz a la postre se convertiría en un gran escritor.
Luego
funda las revistas Barandal y Taller, manifestando sus adhesiones con las reivindicaciones
de la Izquierda Libertaria y Democrática, que lo llevan a participar en el
Congreso mundial de las Juventudes antifascistas, celebrada en Valencia, España
en 1936, en plena guerra civil española.
Décadas
más adelante, Paz funda la revista Plural de Excélsior, la revista Vuelta, hoy
conocida como letras libres.
Sus
Obras más destacadas son : la raíz del hombre; el Mono Gramático, el Laberinto
de la Soledad, Posdata, tiempo nublado, la Hora cumplida, el Ogro Filantrópico,
corriente alterna y Sor Juana Inés de la Cruz y las trampa de la fé, de sus
poemas más emblemáticos han sido:
Nocturno de la San Ildefonso, Piedra del Sol y la Limpidez escrito en protesta por los acontecimientos
del 2 de Octubre de 1968, Tlatelolco México, destacando el hecho de su renuncia
a la embajada de México en la India en calidad de embajador.
Con
la profundidad de sus escritos y sus ensayos a Octavio Paz se le considera el
verdadero visionario de la transición política mexicana hacia la democracia, lo
que ha representado una larga transición pacífica del presidencialismo imperial
a la república parlamentaria; ya que nunca se propuso asumirse como el ideólogo
orgánico del príncipe en turno, más bien por su calidad moral e intelectual
siempre mantuvo una sana distancia frente al poder omnímodo y sus símbolos
transparentes
Sus
reconocimientos más trascendentes: el haber ganado el premio Nobel de
Literatura, el premio de los libreros alemanes de Frankfurt así como el premio
Cervantes.
El
legado de Octavio Paz para las presentes y futuras generaciones es
fundamentalmente la construcción del pensamiento crítico, por ejemplo la
crítica a la Pirámide, y más allá de los dogmas y de las ideocracias
totalitarias como uno de los retos a desarrollar en este siglo XXI, la afirmación dialéctica
de la democracia, tolerancia y pluralidad, Paz afirmaba y escribía con gran
maestría que “los autos de fé ortodoxa en las verdades relativas se convierten
en una suerte de verdad absoluta que sin el libre examen no resiste la tentación
al imperio autoritario que se impone por la fuerza y no por la razón.
Previo
a recibir el Nobel y en el otoño de 1990: Octavio Paz convocó a los
intelectuales más destacados del mundo como Daniel Bell, Milán Kundera,
Fernando Savater, E. Ciorán, Mario Vargas Llosa y otros, en un coloquio
llamado: “La Experiencia de la Libertad” de ahí se derivaron fuertes críticas
al sistema político mexicano y a los campos de concentración Nazis y el gulag
soviético transiberiano, que se denominaban campos de trabajos forzados, sin
lugar a dudas los primeros construidos los primeros para exterminar al
adversario político y los segundos para reeducar y corregir al disidente
político, ideológico, y hasta religioso (los llamado presos de conciencia)
En
casi todos los casos, las ateologías totalitarias del siglo XX siempre
desencadenaron de la inquisición al patíbulo y del patíbulo al mausoleo, ya sea
en nombre del orden, la pureza racial, la paz, el progreso, la revolución y
hasta la revolución socialista: su combustible, el hombre masa.
Por
ello, el pensamiento inmortal de Octavio Paz siempre estará encima de los
paradigmas partidarios, estatistas, eclesiásticos (porque también ha sido
crítico del fundamentalismo cristero y los cotos de poder sindical)
Paz
analizó al decadente presidencialismo mexicano para desmitificarlo y someterlo
al libre examen, esa fue la lección del 68 que apostó no a una revolución
violenta sino a la democratización del sistema político mexicano hacia un
cambio pacífico de régimen político.
Totalitarismo
significa todo aquellos que es expulsado y/ exterminado porque no cabe en la
totalidad que encarna el binomio partido- estado, no existe realmente.
Paz
es humanista y surrealista “en el siglo de los falsos testimonios, el escritor
se vuelve testigo del hombre” así lo demuestran sus escritos que ya campeaban
la década de los 50’s y 60 del siglo XX, destacando su gran labor diplomática ,
que en su calidad de consejero cultural de la embajada de México en Paris,
Francia por el otoño de 1960, se hizo cargo de los restos mortales del ilustre
mexicano Dr Pedro de Alba fallecido en esa ciudad de un infarto al miocardio y
un derrame cerebral.
De
ninguna manera este simbólico y significativo homenaje a Octavio Paz pretende
beatificar y hasta canonizar a este controvertido y polémico escritor mexicano,
más bien se trata de ubicarlo en su real y justa dimensión humana.
Hoy
el pensamiento crítico de Paz es tan vigente por la actualización y
contextualización de la crítica desmitificadora del populismo latinoamericano y
norteamericano, sus excesos y decadencia proyectados en toda su expresión con
la reciente derrota y reelección fallida de Donald Trump en las recientes
elecciones presidenciales de USA, a sus alumnos, sus críticos y seguidores como
Enrique Krauze, Aguilar Mora, Gabriel Zaid y otros les toca también mantener su
espíritu crítico y honrar para vivificar su memoria en este siglo XXI.
También
el pensamiento crítico de Octavio Paz nos invita al eterno retorno a los
tiempos circulares y cíclicos y nos exonera críticamente de las trampas
rectóricas del tiempo lineal, rectilíneo y plano inventado por los tecnócratas
de la educación, de la cultura y de las relaciones exteriores que han reducido
la raíz multidimensional del hombre contemporáneo a una simple y fría estadística institucional graficada en diagrama de flujo
que pretende condenar digitalmente al idioma de la letra escrita, viva y
prohibida, y la poesía onírica a la extinción y a una muerte anticipada que sus
sepultureros financieros ya asechan esperando aplicar una urgente Eutanasia en
post de la divinización del mercado camuflageada como la calidad y la
excelencia.
Y
terminaríamos con una gran antisentencia de Paz: ”La crítica es el aprendizaje
de la imaginación en su segunda vuelta, la imaginación curada de fantasía y
decidida afrontar la realidad del mundo, la crítica nos dice que debemos
aprender a disolver los ídolos dentro de nosotros mismos, tenemos que aprender
a ser aire, sueño en libertad”.
Por:
Jose Oscar Padilla Lobato
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