La Revolución de acuerdo
a Octavio Paz, es no solo la Bola, sino también revuelta y subversión como
redención social.
“En suma la Revolución es
un acto inminentemente histórico, y no obstante la restauración del tiempo
original. hija de la historia y de la
razón, la revolución es hija del tiempo lineal, sucesivo e irrepetible; hija
del mito la revolución es un momento del tiempo cíclico, como el giro de los
astros y de las estaciones, la naturaleza de la revolución es dual pero
nosotros no podemos pensarla sino separando sus dos elementos y desechando el mítico
cuerpo extraño…y no podemos vivirla sino entrelazándonos, la pensamos como
fenómeno que responde a las previsiones de la razón: la vivimos como un
misterio, en este enigma reside el secreto de la fascinación”
Octavio Paz, la Hora Cumplida y el Laberinto de la
Soledad.
La crítica implícita en
toda la obra literaria de Martín Luis Guzmán es el fino retrato del periodo de
institucionalización de la revolución mexicana.
La crisis proviene de que
las metas de la Revolución se han agotado, al grado de que el término mismo de
revolución carece ya de sentido. Y, como de costumbre, los grupos políticos
oficiales continúan obrando guiados por los fines más inmediatos, sin que a
ninguno parezca importarle el destino lejano del país.
Las primeras cuestiones
que debieran abordarse para entender la crisis, para calibrarla y resolverla,
son: cuáles eran las metas de la Revolución, cuando se agotaron y por qué.
La Revolución mexicana
nunca tuvo un programa claro, ni lo ha intentado formular ahora, in articulo
mortis, aun cuando el día de mañana, post mortem, habrá muchos programas, en
especial los expuestos e interpretados por escritores conservadores. Algunas metas
o tesis, empero, llegaron a establecerse, siquiera en la forma mecánica a que
conduce la reiteración. Además, como en los procesos históricos prolongados, no
todos los propósitos iniciales se han conservado hasta el fin; por el
contrario, algunas de esas metas fueron debilitándose y en cierto momento
dieron paso a otras nuevas -unas principales y otras secundarias- y, en
consecuencia, con algún vigor inicial. Esta yuxtaposición de metas ha hecho aún
más confusa la marcha ideológica de la Revolución, pues las tesis nuevas no
reemplazaron a las antiguas, sino que unas y otras coexistieron, al menos
exteriormente; y, luego, al lado de tesis fundamentales de verdad, aparecieron
designios de una magnitud y de una importancia menores: al lado de la cuestión agraria,
por ejemplo, el fomento del turismo.
En todo caso, una de Ias
tesis principales fue la condenación de Ia tenencia indefinida del poder por
parte de un hombre o de un grupo de hombres; otra, que Ia suerte de los más
debía privar sobre la de los menos, y que para mejorar aquella el gobierno
debía dejar de ser elemento pasivo para convertirse en activo; en fin, que el
país tenía intereses y gustos propios por los cuales debía velarse, y, en caso
de conflicto, hacerlos prevalecer sobre los gustos e intereses extraños. La
reacción contra el régimen político porfirista y su derrocamiento final, fueron
Ia meta primera; dentro de Ia segunda caen Ia reforma agraria y el movimiento
obrero; en Ia tercera, el tono nacionalista que tuvo la Revolución al exaltar lo
mexicano y recelar de lo extranjero o combatirlo con franqueza. Algunos
pondrían entre Ias tesis principales de la Revolución Ia necesidad de una
acción educativa vigorosa por parte del Estado, si bien ha sido notoriamente
más débil e inconsistente que Ias tres anteriores. De hecho, el no haber
llevado Ia Revolución a Ia escuela hizo que la Revolución perdiera bien pronto
el soporte de la juventud
¿Qué remedio puede tener,
entonces, la crisis de México? Se dijo desde un principio que la crisis era
grave. Por una parte, la causa de la Revolución ha dejado ya de inspirar la fe
que toda carta de navegación da para mantener en su puesto al piloto; a eso
debe añadirse que los hombres de la Revolución han agotado su autoridad moral y
política. Por otra parte, no es claro el fundamento en que podría fincarse la
esperanza de que la redención venga de las derechas, por los intereses que
representan, por su espíritu antipopular y su impreparación.
El único rayo de
esperanza -bien pálido y distante, por cierto- es que de la propia Revolución
salga una reafirmación de principios y una depuración de hombres. Quizás no
valga la pena especular sobre milagros; pero al menos me gustaría ser bien
entendido: reafirmar quiere decir afirmar de nuevo, y depurar querría decir usar
sólo de los hombres puros o limpios. Si no se reafirman los principios, sino
que simplemente se los escamotea; si no se depuran los hombres, sino que
simplemente se les adorna con ropitas domingueras o títulos... ¡de abogados!,
entonces no habrá en México autorregeneración, y, en consecuencia, la
regeneración vendrá de fuera, y el país perderá mucho de su existencia nacional
y a un plazo no muy largo.
Daniel Cosío Villegas,
1946 La Crisis de México
En el fondo de su
creación se encuentran la Revolución mexicana y la Revolución Cristera, así
como sus consecuencias. El campo mexicano descrito continúa con el problema del
latifundismo, a pesar de las reformas de Cárdenas; la Revolución no consiguió
que el latifundismo mexicano se extinguiera. Rulfo reflejará en sus obras la
frustración de los campesinos y la soledad absoluta a la que se enfrentan los
pueblos; esta soledad no es más que resultado de la Revolución, al menos desde
el punto de vista del escritor.
También puede observarse
como tema principal la relación padre-hijo. Ambas revoluciones provocaron la
destrucción de familias y dejaron a su paso muchos hijos en situación de
orfandad (él mismo es un ejemplo). Además, la estructura latifundista
multiplicó la descendencia ilegítima “El caso es que nuestras madres nos
malparieron en un petate aunque éramos hijos de Pedro Páramo. Y lo más chistoso
es que él nos llevó a bautizar. Con usted debe haber pasado lo mismo, ¿no?”. La figura del padre será el eje principal en la
creación literaria de Rulfo; por un lado se le ve como una
nostalgia y, por otro, como una presencia odiada.
Juan Rulfo, Pedro Páramo
"Revolución es el
recurso colectivo de las
Armas, para derribar
opresiones ilegítimas
Y reconstruir la sociedad
sobre bases de
Economía sana y de moral elevada.
La fundamental
justificación de los sacrificios
Que demanda una
revolución, es que ella sea medio
Para crear un estado
social más justo y más libre
Que el régimen que se ha
destruido,
O se intenta destruir. "
José Vasconcelos, ¿Qué es
la Revolución?
¿Una revolución
anquilosada, petrificada o interrumpida?
La Guía Ética y/o
cartilla moral para la transformación de México.
El
actual gobierno de México 2018-2024 encabezado por AMLO ha vuelto a
remasterizar el concepto de la revolución como el proyecto de la 4T en el siglo
XXI, sin embargo sus críticos insisten en que en la Agenda de la 4T debe
incluirse el desafió Democrático para no dejar “la democracia a la deriva” que
incluya en un abanico pluripartidista el debate racional con los opositores de
AMLO sin estigmatizaciones, pero lo más importante es que como el preludio y/o
el prólogo de un cambio de régimen político es sin duda una revolución cultural
de raíz y de fondo al México Profundo que se vuelve indispensable e imprescindible
en la Agenda política del proyecto de Nación, porque sin ella( la RC) todo
proyecto revolucionario tiene el peligro de convertirse en un juego demagógico
o en una simulación.
Por:
JOSE OSCAR PADILLA LOBATO
*Fuentes consultadas: La
Hora Cumplida y el Laberinto de la Soledad de Octavio Paz, La crisis de México
de Daniel Cosío Villegas, Pedro Páramo de Juan Rulfo, Dialnet La Paradoja de la
Revolución en Carlos Fuentes.
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