Enormes expectativas en todo el mundo de la política y comunicación había generado el Primer debate presidencial entre Donald Trump y Joe Biden; y como versa este artículo publicado en un diario alemán de Frankfurt, para el todavía inquilino de la casa blanca, el debate no le generó la rentabilidad política y electoral deseada y esperada, sobre los "Proud Boys" (los chicos orgullosos) ya que lo más seguro dicho Debate no revertirá las tendencias en las encuestas ni mucho menos influirá en el resultado del supermartes del 03/11/ 2020; más bien y de acuerdo a las crónicas más mesuradas, a Trump se le vió desesperado y prepotente, mientras que a Biden se le vió sonriente, pero las críticas más severas y contundentes provenientes de la izquierda, calificaron el debate como una "verguenza" y "un espectáculo de mierda" ya que el magnate inmobiliario de New York rompió las reglas del debate y estuvo interrumpiendo constantemente al candidato Demócrata, Joe Biden: lo más probable es que el moderador no hizo bien su trabajo, le faltó oficio y tuvo dificultades para controlar el debate que se anunciaba como un choque de trenes con intercambio de ideas, lo que fué reducido a un pleito arrabalero de congal y/o antro con sabor cantinero, que si Carlos Gardel, el Zorzal criollo Franco-Argentino resucitara y viviera con la oportunidad de haber podido componer un nuevo tango del siglo XXI: el último tango en la Casa Blanca.
La comisión de Debates presidenciales anunció que
los próximos dos discursos se llevarán a cabo bajo diferentes reglas y La CDP
también anunció que habrá nuevos medios para garantizar el orden, no se
suspenden los próximos Debates televisivos del 15 y 22 de Octubre de 2020, pero
lo más seguro es que cambiarán al moderador Chris Wallace "quién no logró
poner orden en el primer debate" y para que los debates no sean rehenes de
"la civilización del espectáculo" ni se reduzcan a linchamientos
mediáticos; porque nó convocan e invitan en calidad de moderador de lujo para
el segundo debate al Premio Nobel de Literatura 2010, el escritor Mario Vargas
Llosa, o bien podrían convocar a un periodista de primer nivel adscrito al New
York Times, el Washington Post y CNN; si bien los debates cuentan con una
agenda interesante, por la evolución y desarrollo de la democracia
norteamericana en este siglo XXI, la calidad política de los próximos debates
debe mejorar y superar las expectativas con un "mejor cállate" para
cerrar el paso también a los espectáculos demagógicos propios de la impronta
populista de un DT que busca vanamente la reelección.
Con base a lo anterior es evidente por lo sucedido
en los últimos años con el avasallamiento del Trumpismo que la Democracia de
USA y sus procesos degenerativos la colocan en una decadencia irreversible que
deberá detenerse: si es que los ciudadanos norteamericanos optan en las urnas
por un cambio de gobierno para el supermartes otoñal de 2020: los modelos
agotados y desgastados de la Democracia presidencialista made in USA ya no son
el paradigma para América Latina porque se alejaron de los valores
fundacionales establecidos por los padres fundadores de USA como fueron: George
Washington, Thomás Jefferson, Benjamín Franklin, John Adams, Marques de Lafayette,
Alexander Hamilton, James Madison y Abraham Lincoln que vislumbraban del siglo
XVIII al siglo XIX a la américa anglosajona del norte como un territorio de
libertad e igualdad sin espacio y tolerancia para la tiranía y la opresión, esos
paradigmas tendrán que buscarse en otro lado del mundo, posiblemente en los
países nórdicos como Noruega, Suecia y otros como Suiza, sin embargo esos
ejemplos y referentes también pueden adaptarse a la realidad de Latinoamérica y
aprender las lecciones de Alexis de Tocqueville con su libro: ”La democracia en
América” contextualizada en este siglo XXI como una referencia obligada para
politólogos, historiadores y comunicadores.
Por: Jose Oscar Padilla Lobato.
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